Los asteroides Ida y Dactyl
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Ida es un asteroide de la familia de Coronis situado en el cinturón principal de asteroides. |
Ida es el segundo asteroide visitado por una sonda espacial y el primero en el que se observó una luna propia. Posteriormente, la luna recibió el nombre de Dactyl.
El 28 de agosto de 1993, la sonda Galileo de la NASA sobrevoló Ida a una distancia de aproximadamente 2.400 kilómetros en ruta a Júpiter. (La sonda sobrevoló otro asteroide, Gaspra, el 29 de octubre de 1991).
Poco más de cinco meses después, los científicos que estudiaban las imágenes que Galileo envió a la Tierra notaron que una pequeña luna acompañaba al asteroide.
"Anteriormente se pensaba que podían formarse satélites naturales de asteroides, pero probablemente no eran comunes", dijo Torrence Johnson, científico del proyecto Galileo. "Habiendo encontrado uno con bastante rapidez, podemos decir que probablemente sean más comunes de lo que se creía".
Ubicado en el cinturón principal entre Marte y Júpiter, Ida pertenece a la familia de asteroides Koronis, que se cree que son los restos de una antigua colisión entre dos objetos más grandes.
Está cubierto de cráteres y una profunda capa de regolito (roca pulverizada).
"La edad de Ida es desconcertante, ya que los cráteres visibles en su superficie sugieren que es antiguo, pero su pertenencia a la familia Koronis sugiere que es más joven", afirmó Johnson.
Ida es un asteroide de tipo S, compuesto principalmente de roca silicatada. Este tipo de asteroide domina la región interior del cinturón de asteroides, pero representa solo alrededor del 17 % de todos los asteroides conocidos.
Ida fue descubierto el 29 de septiembre de 1884 por el astrónomo austriaco Johann Palisa en el Observatorio de Viena. Su luna, Dactyl, fue descubierta el 17 de febrero de 1994 por Ann Harch, del equipo de imágenes de Galileo.
¿Cómo obtuvo Ida su nombre?
Moriz von Kuffner, cervecero vienés y astrónomo aficionado, le puso el nombre de una ninfa de la mitología griega a quien se le confió el cuidado del infante Zeus junto con su hermana Adrasteia.
La Unión Astronómica Internacional denominó Dactyl en honor a unas criaturas mitológicas que vivieron en el monte Ida, en la isla de Creta.
(Textos traducidos del inglés y adaptados para este blog. Varias páginas web de la NASA)
Y ahora vamos a la música.
Para esta entrada he seleccionado:
¡Venga! ¡Ahí queda eso!
¡Hasta el próximo jueves, amigos!
De nuevo otro asteroide que a pesar de su reducido tamaño (aunque los hay menores ) y forma irregular generan una atracción gravitatoria suficiente para tener un satélite, aunque como dices fue la primera vez que se observó una luna propia debe ser bastante frecuente. Todo un mundo interesante y curioso por descubrir que nos da más pistas sobre la evolución del sistema solar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tanto pedrusco flotando en la nada nos ofrece una perspectiva más de la inmensidad del universo.
EliminarQue muchos asteroides tengan su propia luna constituye una lección adicional de lo fina y previsible que es la mecánica celeste.
Muchas gracias por tu contribución, José Miguel.
¡Solo nos queda un asteroide más y luego ya nos pasaremos al cinturón de Kuiper!
Por allí hay mucho que conocer también.
¡Un abrazo!
Los asteroides Ida y Dactyl, el asteroide y su luna que le sigue a todos sitios.
ResponderEliminarBonita imagen de este mundo espectacular.
Por la atracción de la gravedad la mantiene a buen recaudo para enviarnos este documento.
Este mundo del silencio, visto en los documentales, impresiona y produce palabras de admiración.
¿Y pensar que somos parte de este mundo ?,....
Estamos en el viaje.
Un abrazo José Luís.
Sí señor. A mí me sugieren lo mismo esas rotaciones tan peculiares de los asteroides.
EliminarY el silencio. El silencio que impera allá arriba es estremecedor.
Como contraste aquí en la tierra somos bulliciosos y gritones. Que se sepa, de momento, es el único planeta del sistema solar en el que se da este hecho tan remarcable.
Muchas reflexiones sugiere todo esto ¿no, Javier?
No me cansaré de agradecerte tu puntual colaboración.
¡Un abrazo!