Mi periplo por el sistema solar

Saturno no es una esfera sólida como la de la Tierra, sino más bien una sopa difusa compuesta de rocas, hielo y fluidos metálicos Comentaba en anteriores entradas la necesidad de que, un aficionado como yo, se vaya haciendo cargo de temperaturas, masas, distancias y dimensiones básicas de los cuerpos celestes que voy estudiando. Es la única manera de captar en su justa medida la inconmensurabilidad del universo. Me faltaba un parámetro que -cada vez con más claridad- me parece determinante: la gravedad. Tomando como referencia nuestro planeta es relativamente fácil entender cómo el centro del mismo "tira" hacia él de todo lo que hay en la superficie. Pero la situación se complica cuando varios cuerpos ejercen su influencia gravitatoria en el espacio. Esta breve introducción viene a cuento cuando nos acercamos al complejo sistema de lunas que posee Saturno. Las interacciones de las lunas entre ellas, con los anillos y con el propio planeta, constituyen una muestra del sutil eq

Saturno era conocido como Kronos en griego y Sani en sánscrito. Otros nombres antiguos para el planeta son: Sao (tailandés), Zuhal (árabe), Kayvon (farsi), Tuxing (que significa estrella del suelo en mandarín). Cuando en 1.610 Galileo dirigió su rudimentario telescopio hacia Saturno se quedó perplejo. El planeta se visualizaba perfectamente pero, para su asombro, parecía que a cada lado del mismo se ubicaban dos brillantes satélites;  mucho más brillantes que los cuatro que ya había descubierto en Júpiter. Sin embargo la sorpresa fue mayúscula en los días posteriores ¡Los recién descubiertos satélites no se movían con respecto a Saturno! No sólo eso sino que dos años después, Galileo informaba de la intrigante desaparición de esos satélites. El propio sabio italiano escribía: "No sé qué decir de un caso tan sorprendente, tan imprevisto y tan novedoso" Hoy sabemos que los supuestos satélites de Saturno no eran otra cosa que los dos segmentos del círculo que forman los anillos

En el universo, lo que ves no es lo que es, y lo que es no lo verás Ya he comentado en varias ocasiones que lo que más me deslumbra del mundo de la astronomía es la complejidad y sofistificación de las misiones que se envían para descubrir más detalles de otros mundos. Lo más asombroso de todo para mi, es la posibilidad de disponer de fotografías y vídeos tomados en la "cercanía" de planetas, lunas o asteroides. Considero que el hecho de haber sido capaces de vencer la fuerza de gravedad y escapar de la atracción de la tierra ha constituído uno de los mayores hitos conseguidos por el ser humano. A partir de allí, cohetes cada vez más poderosos nos están llevando a los confines de nuestro sistema solar y más allá.   A lo que hay que añadir la ingente cantidad de información científica que recogen los refinados instrumentos con los que van equipadas las sondas espaciales. El esfuerzo que está realizando la humanidad para comprender el universo me parece uno de los logros más im

El diámetro del Sol es 109 veces superior al de la Tierra He tenido la oportunidad de ver con mis propios ojos, al telescopio, el planeta Saturno y os digo de verdad que nunca hubiera creído que podría visualizarlo con tanta nitidez. Es cierto que los instrumentos modernos (incluso los más modestos) presentan una óptica muy avanzada con la que se consiguen definiciones muy precisas pero hasta que uno no lo ve no se hace cargo realmente de que sí, que es verdad que allá arriba en lo alto los planetas nos acompañan en nuestro recorrido elíptico alrededor del sol. En el caso de Saturno, cuando se dan las circunstancias adecuadas, se observan con claridad sus imponentes anillos. Saturno es, sin duda, el gran maestro de ceremonias del sistema solar. Y como suelo decir, el auténtico disfrute comienza cuando uno empieza a visualizar las increíbles fotografías que nos han enviado las sondas espaciales que se han aventurado en las cercanías del planeta. Sólo a modo de aperitivo, aquí os dejo u